La Independencia de Panamá o Independencia de Panamá de España fue el proceso emancipador
desarrollado entre el 10 de noviembre y el 28 de noviembre de 1821 por el cuál Panamá rompe los lazos coloniales que
existían entre su territorio y el Imperio español,
dando así término a 320 años de vida colonial.
El
movimiento panameño de independencia de la Corona Española se inicia el 10 de noviembre de 1821 con la Independencia de la Villa de Los
Santos dirigido por
Segundo Villareal, el cual contó con el respaldo de otras ciudades de la provincia como Natá, Penonomé, Ocú y Parita.
Se
proclama finalmente la Independencia de Panamá, el 28 de noviembre de 1821 y acto seguido, esta nación decide de
manera voluntaria unirse a la Gran Colombia,
junto con Venezuela, Ecuador y Colombia.
El 1
de diciembre de ese mismo año, en la ciudad de Santiago se proclamó la
Independencia de la Provincia de Veraguas del poder español, la cual se une al
movimiento independentista de Panamá y por ende, se adhiere a la Gran Colombia.
Estos
acontecimientos representan la única y verdadera Independencia de Panamá.
Situación Económica y Política del Istmo
A diferencia
de la demás colonias, Panamá fue una colonia fiel a la Corona Española debido
al comercio. A comienzos del siglo XIX,
la postrada economía del Istmo se reactivó, a causa de las medidas tomadas por España,
la cual le dio autorización al comercio con posesiones extranjeras en el
Caribe. En 1808 el
gobernador Juan Antonio de la Mata abrió el río Chagres a
las transacciones mercantiles con Jamaica y
pronto Portobelo se
sumó a tales actividades. No se hizo esperar el aumento del contrabando y la
rápida obtención de ganancias por parte de los comerciantes locales. Estos ante
la invasión de Napoleón Bonaparte en la Península Ibérica, enviaron fuertes donativos
en dinero y especias a las juntas que luchaban contra tal imposición en el
trono español.
Tales gestos
de lealtad de los criollos panameños hacia la Corona Española y a Fernando VII,
no se circunscribieron en el ámbito europeo; también existieron los donativos
patrióticos para contribuir a la sofocación de las revueltas
independentistas en Hispanoamérica y
en especial con el restablecimiento del virreinato en Panamá. Mientras el
virrey Benito Pérez obtenía fuertes
contribuciones de los mercaderes locales, ignoraba el desmedido contrabando
procedente de Jamaica y ampliaba el comercio de los istmeños con los lejanos
puertos del Pacífico mexicano. Dio, además, su aprobación para que en Panamá se
creara un Tribunal de Consulado con jurisdicción propia aunque tal proyecto no
prosperó por la intervención de la Real Audiencia y el desinterés de las
autoridades metropolitanas.
Desde
entonces, Panamá pasó a ser el bastión realista y punto de envío de tropas
españolas para la sofocación de los rebeldes independentistas en América del Sur.
Por otro lado, al esta cerrada la ruta por el Cabo de Hornos por
las fuerzas patriotas del Sur de América, nuevamente cobró vida el tránsito de
mercadería por Panamá. Sin embargo, para el año de 1814, con la
intensificación de las batallas por la independencia, la Corona Española ordenó
la cancelación del libre comercio con Sudamérica.
Este acto provocó un descontento masivo en los mercaderes y en la población en
general. Fue así, que comienza a germinar un sentimiento de nacionalismo y
autodeterminación; nace en los istmeños los deseos de independencia. Aunado a
esto, la población no soportaba más la carga de tributos de guerra, el
reclutamiento forzoso para la guerra, las persecuciones políticas y la
paralización de las operaciones mercantiles, particularmente por el cierre del
puerto en el río Chagres.
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